Historia

Las Minas comenzaron a explotarse en 1777, manteniendo su actividad de forma un tanto irregular hasta 1.889.
Años mas tarde, en 1906, sería la empresa «La Industrial Química de Zaragoza» la que retomaría la extracción, hasta
su cierre definitivo en 1.956.
Madoz (1848-1850) indica que : «Libros tiene varias minas de azufre que explotan diversas empresas. Las mejores son las que explota la Sociedad de Zapateu y consortes, que además de una magnífica fábrica con toda clase de almacenes, habitaciones y oratorio, cuenta con diversos hornos de fundición, cuya invención es debida al profesor de farmacia D. Juan Pedro Lagasca. Los productos químicos, particularmente la flor de azufre, son de calidad superior.«
Las Minas fueron concedidas por el gobierno, en 1777, a D. Pedro de Calza, oidor de Zaragoza. Levantó una fábrica, existente todavía en 1885.
En 1825 se levantó otra, en terreno de la provincia de Valencia, por D. Juan Dolz de Castellar. Desde entonces se han extraído grandes cantidades de azufre, parte entregadas a la Hacienda real y parte sacadas de contrabando.
Durante los años de la primera guerra carlista (1833-1839), éstos sacaron mucho azufre con hornos improvisados.
Además de las dos fábricas mencionadas, en los últimos años, antes de 1845, se han levantado tres fábricas más: Perseverancia, Herrera y Llobet.
El rendimiento del mineral de azufre se situaba entre el 14 y el 17 %.
Las minas de azufre de Libros son las que con más constancia se vienen explotando en la provincia de Teruel,
es el yacimiento que mayores productores ha dado en proporción a la superficie que comprende. El azufre es de muy buena calidad, pero su transporte a los mercados resulta excesivamente caro.
En 1885, había diez concesiones , que comprendían una superficie de 85 hectáreas. De ellas 8 están en Libros,
en los parajes de «Los Cercillos», «Los Planos», «Barranco de la Parada», «Fuente Centellas» y «Los Algezares».